Dicen que el peor enemigo, es aquel que se disfraza para obtener nuestra confianza, y los negocios no son la excepción. El espionaje industrial es una práctica donde los competidores o terceros se adueñan de tu información, pudiendo hacer un mal uso de ella (como venderla o robando datos sobre una patente).

De acuerdo a Expansión, 1 de cada 10 organizaciones en México es víctima de este delito, que puede llegar a representar pérdidas de hasta 35%.

Lo peor es que hasta un 97% de estos delitos queda impune.

¿Qué es el espionaje industrial?

Imagina llevar años trabajando en secreto un producto o servicio innovador que revolucionará el mercado, sabes que solo tu organización lo tiene, pero un mes antes de su lanzamiento, te despiertas y ves que tu competencia lo anuncia en las redes sociales. En tu mente solo hay una pregunta: ¿cómo lo hizo?

El espionaje industrial es una práctica desleal donde un tercero (usualmente un competidor) roba la información de una organización, para venderla o usarla a su favor, incluso hay quienes buscan quebrar a su competidor robando toda su información confidencial.

A veces se sobornan a empleados de la organización para cometer el delito o se contratan hackers que roban la información desde una computadora.

¿Qué tipos de espionaje industrial existen?

Tecnológico

Roban patentes, planos o prototipos de nuevas tecnologías, usualmente para ahorrarse una inversión millonaria, prefieren robar la información y copiarla.

Estratégico

Cuando una empresa participa en una licitación, saber lo que la competencia ofrecerá es una ventaja que puede asegurar el proyecto, por ello se busca robar la información de proyectos en tiempo real para mejorar cualquier oferta.

Comercial

El más común en las PYMES. Sucede cuando se roba la base de datos de los clientes actuales o pasados, buscando llevarlos a otra empresa. La forma más común es cuando un empleado se va a trabajar con la competencia y se lleva esos datos.

Para evitarlo, lo más recomendable es hacer firmar acuerdos de confidencialidad con todos los empleados y proveedores, para que existan sanciones de por medio. Otra acción es asegurar que todos los equipos cuenten con un antivirus actualizado.

El espionaje industrial también se puede dar al no destruir de forma adecuada la información que la empresa desecha (facturas, discos duros, bases de datos, etc.), por ello en DIM te ofrecemos el servicio de destrucción móvil donde nos aseguramos que nadie podrá hacer uso de la misma.